viernes, 7 de marzo de 2008
Salto...
Monsieur Lafitte desgarra inútilmente el borde de mis enaguas en un precipitado gesto de intentar evitar la caída.
Al minuto siguiente bracea rápidamente entre las olas pretendiendo ¿salvarme?.
Cincuenta pares de ojos desorbitados nos observan desde el pretil como esperando un desenlace fatídico.
Saludo con la mano y les lanzo un beso aéreo.
Tomo aire y me sumerjo... cuando un tirón súbito, brusco, enérgico, me hace emerger a la superficie y siento vértigo.
- !Aparta! !Quiero ver el fondo del mar!
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2 comentarios:
Arrebata y encadila tu manera tan fresca de escribir. Trasnportas a la infancia. Aun quiero un numero, madame.
adonde tu kieras, komo si kieres ir al fin de los dias.
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