Contemplo la punta de sus pies.
Miro la punta de mis pies.
Contemplo la punta de sus pies.
Miro la punta de mis pies.
Me fascinan las puntas de ambos pies... - Dime, ¿si a diez le restamos diez cuantos son?
- Cero.
- ¿Y el resultado de dos menos dos cual sería?
- También cero.
- Entonces el resultado final seria cero en Todo
- ¿En todo?
- Si, en Todo... ni dedos, ni pies... Cero.
- Ni dedos, ni pies... ¿Que queréis decir?
- !Que necio sois! pues que si no tenemos...
- !¿Como te atreves?!
- ... si no tenemos pies no podríamos caminar, ¿verdad?
- Cierto.
- Pues dame mi sombrero que seguro que hará viento y no quiero despeinarme... Ahí esta, sobre la cómoda...
- Mademoiselle, ¿acaso pensáis que os permitiré corretear caprichosamente a vuestro antojo?
- !Monsieur Lafitte, eres un majadero! !¿Como vamos a correr por ningún lugar si carecemos de pies? ¿Acaso ahora contradices y niegas el resultado de la resta?... Acercame también el chal que no quiero enfriarme... Tu mismo lo dijiste: cero
- !Basta! !No, no tenemos pies, ni...!
- Querido, por fin lo has comprendido !Te amo tanto, tanto, tanto...! En vez de caminar, salgamos y... y... y... !Volemos!